Frio para muchos es sinónimo de invierno, frio para algunos es sinónimo de casa….
En general el frio implica tener que buscar abrigo, poder mantenerse y mantener cálidos a quienes uno más ama. El gran problema es, que a veces no resulta tan fácil hacerlo.
Si bien llegado el invierno tenemos la posibilidad de colocarnos “capas” que nos permiten “ocultar” aquello que en días de sol, reuniones al aire libre, compromisos sociales…no podemos “tapar”. El frío tiende a invitarnos a pasar tiempo con uno mismo
Debemos estar muy atentos a esas señales que nos indiquen que, de forma permanente y sostenida, estamos rechazando esa invitación. ¿Cuáles son esas señales? Si vives solo: Pasar tiempo (sin saber cuánto) en redes sociales, series, películas, series y más películas, ignorar llamadas telefónicas, comer mucho o no comer, dormir o salir pero con tu cabeza concentrada en volver.
Si vives con familia, el tema no es muy distinto, también se trata de evadir y, en aquellos momentos en que no se puede, usar mecanismos reactivos que ayuden a alejar: contestar con monosílabos, hablar de manera más tosca…todo sirve.
¿Qué es lo clave? Poder reconocer si estas actitudes son una opción consiente, algo más allá de lo estacional… por decirlo de alguna manera… y que más bien tienen que ver con tu forma de relacionamiento y la presencia o falta de ciertas habilidades sociales, o bien es algo que escapa a ti y te hace sentir triste, angustiado, ansioso.
En ambos casos lo ideal es buscar ayuda, hay situaciones que por medio de la compañía de un profesional del área de la psicología se podrán mejorar o superar, como otras que con un coach podrás atender.
Si crees estar en una situación parecida, contáctanos, para nosotros será un agrado poder orientarte y ayudarte.